La Fórmula 1, un mundo que presume de una gran excelencia técnica, no es inmune a la influencia de las tendencias. No puede explicarse de otro modo, dado que existen ciclos históricos que se repiten más o menos cada diez años.
Con el inesperado ascenso de Colapinto en sí mismo ya fue una gran noticia en su país, sus buenas actuaciones generaron un revuelo aún mayor. Las audiencias televisivas y los números en las redes sociales se dispararon en las últimas semanas, y las cifras de audiencia de FOX Sports Argentina se triplicaron desde la llegada de Colapinto. FOX, que es sólo una de las varias maneras de ver la F1 en el país, disfrutó de picos aún mayores durante el Gran Premio de Singapur, que atrajo a alrededor de 600.000 espectadores, por encima de una media de 150.000 en carreras anteriors, rivalizando con números del primetime en un domingo por la mañana. En los periódicos locales aparecieron numerosos artículos destacando cada uno de sus movimientos, hasta el punto de que los periodistas llegaron a poner el ojo en su lugar de nacimiento, Pilar, en las afueras de la extensa metrópolis de Buenos Aires.
Sucedió en 2006/2007, con la llegada de un póker de gran calidad (Hamilton, Rosberg, Kubica, Vettel) luego se volvió a ver algo parecido en las temporadas 2018/2019 con la generación Norris-Russell-Leclerc-Albon. Destellos de interés separados por periodos en los que el parámetro «experiencia» se juzgaba como un elemento clave a la hora de valorar la elección de un piloto.
En la Fórmula 1, una nueva variable no siempre es bienvenida. Cuando se trata de pilotos, una nueva entrada (especialmente un novato) se ve como un riesgo. Hay que forjar relaciones, hay que suavizar las cosas incluso para los más talentosos, y este trabajo extra se considera a menudo una molestia.
Sin embargo, muchos equipos disponen hoy en día de una herramienta muy útil para minimizar el margen de riesgo: los programas «junior», las academias creadas (con más o menos éxito) por casi todos los equipos desde hace casi veinte años. Sin embargo, no siempre se explotan al máximo, es decir, con un vínculo concreto y directo con la estructura de la Fórmula 1. En algunos casos, la relación se limita a la financiación de la carrera (en algunos casos total, en muchos otros parcial) en las fórmulas propedéuticas y a la lectura de los resultados.
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